
Te hallará una tarde,
pasada la esquina
de tus imposibles
enhebrando instantes
y haciendo inventario
de días felices
y echarás de menos
aquellas palabras
que nunca te dije
Seguirás tu vida
buscando horizontes
irás hasta el límite
pero en las heridas
y los recovecos
de noches difíciles
sentirás la ausencia
de palabras mías
que murieron vírgenes.
Y un día en que, sola,
increpes al cielo
cargado de grises
clamarás por alguien
que junto a tu oído
y amante, recite
lágrima tras lágrima
todas las palabras
que a mi me prohibiste
Llégate a mi tumba
y di que me amaste
aunque fuese sólo
por un breve instante.
Grita: ¡Yo te quise!
Y oirás cual bálsamo
sobre tu alma triste
las dulces palabras
que te fui guardando
y nunca te dije.
Autor: Jano Antrix
Copyright © 2006